LOS ESCENARIOS INSTITUCIONALES.
1.-Definición:
Si bien podemos plantear escenarios posibles, eso dependerá de nosotros, según el escenario que tome mayor fuerza, y si se logra permanecer tras las variaciones que vayan surgiendo.
El entorno nos condiciona. Hay factores inesperados que pueden jugar sucio y ser destructivos. Por ejemplo, a la hora de planear las ventas futuras de la empresa, se pueden considerar tres tipos de presupuestos: uno frío o negativo, otro caliente o positivo, y el neutral o equilibrado (que sería el más probable). Repentinamente, la devaluación nos dice que debemos comenzar a exportar y que ya no podemos acumular más stock porque la hiperinflación “ya fue”, que nuestra fortaleza de imagen ya no cuenta de la misma forma porque estamos en un mundo globalizado, y que la competencia y las alianzas estratégicas son fundamentales en este mundo que dice llamarse ganar-ganar y que se caracteriza por los acuerdos, las comunidades y los mercados comunes.
El planteo de distintas posibilidades le permitirá medir el impacto en cada escenario en función de variables dinámicas que provocarán un mayor o menor impacto en el entorno (local o internacional).
Creo que es fundamental, además de planear 1, 2 ó 3 escenarios, tener en cuenta el factor “tiempo”, con el que podrá especificar en cada momento las necesidades estratégicas.
En el momento 1: se plantea el modelo de negocios según el pensamiento estratégico (esencia cultural y empresarial, cultura, misión, visión y valores). Una vez planteados el pensamiento estratégico y el modelo de negocios, se comenzará a dirigir “el negocio” hacia el escenario deseado. Se parte de la premisa de que a medida que se avanza es probable cambiar / adaptar el modelo de negocios y pasar a otro escenario, previamente definido e “intelectualmente” ideado. La flexibilidad que permita este cambio estará condicionada por la definición del modelo de negocios y la formación del pensamiento estratégico.
Transición: Entre el modelo de negocios “en marcha” y la dirección hacia el escenario deseado, existen factores internos y externos de distinta índole [2] que pueden ser determinantes para: quedarnos en el momento 2, y sólo pensar en la salida del negocio, o para pasar con éxito al lugar deseado. Es un punto espacial y temporal crítico para el negocio.
Momento 2: Acá se comienza a transitar con tranquilidad lo planeado y planteado anteriormente, hasta que problemas como la escalabilidad nos manifiesten la urgencia de crecer o elegir el tamaño del negocio. En función del “sentido estratégico” seleccionado, debemos pensar en la configuración estructural [3] más apropiada, repensar una y otra vez.
Transición: Es fundamental en este punto pensar en recomenzar el planteo (el ciclo) y hacer una evaluación de lo experimentado, de lo aprendido. Es importante escribir las experiencias vividas, pues suelen constituir muy buen material para la creatividad, a la hora de imaginar los posibles factores que impacten en el negocio.
Momento 3: Esta es la etapa en la cual se pone en marcha el nuevo ciclo y se manifiestan dos situaciones: liquidez o necesidad de capital. En consecuencia debemos optimizar cualquiera de las dos soluciones en forma inteligente. Es decir que, si necesitamos capital, hay que considerar la conveniencia de un crédito o la llegada de inversores. En caso de tener liquidez ($), ver la mejor alternativa de colocación. En todos los momentos es necesario pensar en la correcta administración del negocio.
A modo de síntesis, usted debería armar algunos cuadros con las distintas posibilidades o visiones que tiene de su industria. Puede comenzar por armar el escenario más probable y luego hacer lo mismo con un cuadro optimista y otro más pesimista.
Crecimiento exponencial del mercado internacional, tanto comercial como financiero, pero especialmente en este último ámbito.
Como consecuencia de la globalización continúa la tendencia a la constitución de pactos y asociaciones no sólo de organizaciones, sino también regionales. Entre las empresas del sector se siente el efecto de las “megafusiones”. Como parte de este proceso, el TLC se extiende a otros países latinoamericanos, lo que representa una amenaza más para nuestro país.
Se incrementa cada día más la exigencia del cumplimiento de normas internacionales de calidad en la realización de transacciones comerciales.
Gana cada vez mayor espacio el uso del comercio electrónico, tanto en el país como en el exterior, llegando a ocupar un nivel preponderante en las transacciones comerciales internacionales tanto en el comercio empresa-empresa como en el empresa-cliente final.
El tráfico telefónico internacional, se ve severamente afectado por el incremento de la voz sobre redes IP, el uso generalizado del correo electrónico, el "chating" y otras formas de comunicación soportadas en servicios de INTERNET, dado el bajo costo de las mismas unido a la reforma de las tasas contables. Esto induce la reducción de las tarifas telefónicas internacionales y el aumento de las tarifas de la telefonía local.
El espacio de las negociaciones públicas -reabierto a través de la interpelación ciudadana y apropiado por dirigencias políticas (luego de una elección presidencial que legitima el Poder Ejecutivo mediante el mecanismo de la votación)- se sostienen mediante la construcción de consensos parciales y graduales que responden a la compleja trama de intereses empresariales, de los derechos como ciudadanos y de los intereses como consumidores pero en particular, basado en un ejercicio del poder ciudadano institucionalizado mediante nuevas modalidades.
Se trata de un nuevo desplazamiento de gravitación institucional que interpela el plano académico. Es un espacio de acción que implica para el campo académico de la comunicación institucional un replanteo en vinculación a las siguientes opciones epistemológicas, metodológicas y éticas:
1.- Epistemológicas:
Trabajar sobre paradigmas que focalicen la comunicación como proceso y no como resultado: si bien ello resulta algo aparentemente obvio, suele subyacer a las aplicaciones profesionales concretas un modelo unidireccional (a veces, con variantes) y el sobredimensionamiento del nivel instrumental de la comunicación en relación al marketing.
Focalizar la cultura organizacional como uno de los ejes de la construcción de valores y de referencialidad temática para comprender nuevas modalidades organizativas, de consenso o de tensión en los escenarios públicos
Concebir a las organizaciones como una creación permanente y contribuir a su des-naturalización lo que implica potenciar los procesos de transformación de “grupos-objeto” a “grupos-sujeto”.
Focalizar la atención sobre la constante tensión entre la dimensión de lo instituido y lo instituyente definiendo los límites de los escenarios de trabajo, sobre la base de los acontecimientos específos que se traten.
2.- Metodológicas para la diagnosis y la proyección:
Incorporar más centralmente metodologías cualitativas ya que permiten profundizar sobre las dimensiones de valores, sensibilidades y vínculos afectados por la referencialidad temática que se trabaje.
Concebir propuestas de comunicación que involucren la devolución diagnóstica como proceso de aprendizaje sobre la propia práctica.
Diseñar proyectos que no disocien “un afuera y un adentro” complementando cada una de las fases de cambio con objetivos de aprendizaje fundados en la perspectiva dialógica; de manera que, el conocimiento tácito que se produce en estos procesos de cambio pueda constituirse en capital de sus protagonistas.
3- Éticas:
Involucrar uno de los derechos humanos básicos, el derecho a la expresión (Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos) como derecho a la comunicación afectado por las modificaciones estructurales que produjo la aplicación de políticas neoliberales en nuestros países. La libertad de expresión en los ámbitos de trabajo ha sido particularmente afectada a partir de la flexibilización laboral y la creciente desocupación. El temor por la pérdida de los lugares de trabajo -debido al retroceso en las conquistas laborales en el marco de la vigencia única del mercado como mecanismo económico.
La pérdida de legitimidad de los ámbitos gremiales como asociaciones de defensa de derechos laborales y en particular, el debilitamiento del Estado como garante de condiciones de trabajo dignas, presentan un panorama de profunda vulnerabilidad para ejercer el derecho a comunicar desde la posición de los trabajadores. Sin embargo, en nuestro país, experiencias de reapropiación por parte de trabajadores de empresas abandonadas por sus propietarios, muestran el surgimiento de otra modalidad de comunicación en los lugares de trabajo.
El énfasis está en escenarios de resultado.
En el campo del análisis de escenarios es posible distinguir entre escenarios de punto final o de resultado y escenarios de trayectoria o ruta. El primero consiste en la comparación de dos momentos en el tiempo. El segundo se refiere a la reconstrucción de las historias que supondría transitar de un punto a otro. Ambos tipos de escenarios son importantes y pueden servir para un sinnúmero de propósitos distintos. Este proyecto se concentra en escenarios de resultado, aunque mantiene el propósito de contar también con una cantidad de historias diferentes sobre el papel que jugará la Universidad en la sociedad en el año 2030.
El énfasis se establece en escenarios de lo que es posible en contraste con escenarios de lo que se considera como probable o deseable.
Un conjunto de diferencias que resulta esencial para la conducción del análisis de escenarios rigurosos, pero que a menudo se olvida o se toma en cuenta de manera parcial, tiene que ver con la separación cuidadosa de lo que se estima como posible, lo que se estima como probable y, finalmente, lo que se estima como deseable.
Lo posible corresponde a los escenarios de futuro que se consideran factibles como subconjunto de todos los escenarios concebibles; lo probable se refiere a escenarios de futuro que tienen mayores probabilidades como subconjunto de los escenarios posibles; finalmente, lo deseable refiere a los escenarios positivos, ya sea dentro de los escenarios posibles o de los probables.
Estas tres categorías se pueden distinguir en términos de su derivación, es decir, de los procesos para llegar al establecimiento de escenarios, y su uso, es decir, a lo que los escenarios implican en términos de su utilización para la toma de decisiones estratégica.
Escenarios institucionales específicos con base en su forma y su función.
Una de las tareas más difíciles en el análisis de escenarios es cómo elegir, por invención y/o selección, escenarios específicos entre un número prácticamente infinito de posibles combinaciones. Por ello se recomienda usar criterios de forma y de función para seleccionar escenarios en el interior de tal “espacio de posibilidades”.
Los criterios de forma en la Universidad incluyen, por ejemplo, la estructura organizacional, los mecanismos de financiamiento o los derechos de propiedad.
Los criterios de función en la Universidad incluyen, por ejemplo, su papel en la transmisión, producción y apropiación del conocimiento. Los escenarios que se desarrollen en este proyecto, dentro del espacio de posibilidades visualizado, se basarán en la selección de combinaciones específicas de formas y funciones.
Los escenarios institucionales específicos se ubican en escenarios de sociedad más amplios.
Por muy convincentes que resulten los ejercicios de escenarios, es difícil encontrar un impacto directo en las decisiones de política estratégica de los gobiernos, es decir, en aquellas decisiones que modifican objetivos básicos y/o visualizan los medios fundamentales para cumplir con tales objetivos.
Esta brecha entre la formulación de escenarios y las decisiones de política se podría explicar, entre otras razones, debido a las fallas en el uso de las técnicas de escenarios rigurosos. Nos referimos, en primer lugar, al error elemental de rastrear sólo un objeto en movimiento cuando en realidad ambos se mueven, por ejemplo, la Universidad y la sociedad de la que forma parte. En segundo lugar, nos referimos al error que se desprende de la deficiencia de elaborar conjuntos desvinculados de escenarios para la institución y para la sociedad en la que opera, aun cuando se intente tomar en cuenta “fuerzas dinámicas más amplias”.
Para salvar estas dificultades, el proyecto persigue desarrollar el análisis de manera recursiva para estar en condiciones de formular conjuntos de escenarios analíticamente compatibles y articulados, aunque distintos para la Universidad y para la sociedad en la que opera.
Figura 1: Escenarios estratégicos y escenarios del espacio de posibilidad
El proyecto reconoce la importancia de generar escenarios específicos.
El esfuerzo que es necesario emprender implica probar que las políticas que operan actualmente en el campo del proyecto, son en el mejor de los casos irrelevantes, o incluso contraproducentes, para asegurar que la Universidad cumpla con su papel estratégico en el impulso de los cambios sociales que requiere el país. En otras palabras, debemos preguntarnos sobre las políticas gubernamentales de educación, ciencia y cultura que resultarían más convenientes para propiciar un cambio social positivo como el que pudieran prever los escenarios de aquí al 2030.
En este punto es necesario precisar dos nociones.
En primer lugar, el significado de “positivo” se asumirá como la búsqueda de un consenso mínimo en torno a los objetivos sociales tal como han sido articulados en el ámbito político por agentes sociales diversos a través de sus representaciones institucionales (diputados y senadores, partidos políticos, asociaciones, academias, sindicatos, etc.).
En segundo lugar, y nuevamente con la intención de acotar el enfoque, se sostiene que el tema de la compatibilidad o consistencia entre la situación presente y un escenario futuro no se desprende de una discusión de probabilidades. Por ello es importante reconocer la diferencia existente entre un análisis comparativo de dos escenarios de resultado (p. e. presente y futuro), que revela oportunidades significativas para iniciativas de política, y la evaluación de la probabilidad de que tales iniciativas de política logren sus propósitos o que siquiera sean tomadas en cuenta.
Diagramas representativos de escenarios institucionales
La situación organizacional puede ser bien descrita y claramente representada utilizando diagramas conocidos como de Venn.
Procedimiento
Como en otras técnicas de diagramación, los diagramas de Venn requieren sesiones de grupo. Dan una buena visión de la situación institucional. Las instituciones clave, grupos y hasta personas dentro de la comunidad se representan con círculos de diferentes dimensiones, sobre una gran hoja de papel. El tamaño del círculo es relativo a la importancia atribuida a quién represente. Su inter-relación se muestra mediante la proximidad o intersección de los círculos o mediante flechas de diferente grosor que los conectan. Dos círculos que se cortan, por ejemplo, muestra que las instituciones o grupos representados por ellos tienen miembros en común. Los círculos conectados con flechas gruesas muestran una inter-relación fuerte y las flechas delgadas muestran relaciones menos importantes o menos desarrolladas. Se sobre entiende que las flechas pueden apuntar en una u otra y hasta en ambas direcciones dependiendo de la naturaleza de las relaciones.
En el análisis de sistemas de post-producción, los diagramas de Venn pueden ser usados para representar escenarios institucionales a diversos niveles ordenados desde el nivel nacional bajando hasta el nivel de la aldea.
Sugerencias
Los diagramas de Venn pueden demostrar diferencias entre puntos de vista relativos a instituciones clave con respecto a como lo ve un determinado grupo (p.ej. diferencias por cuestiones de género).
Escenario Tecnológico Internacional.
El mercado mundial de las Tecnologías de la Información sobrepasa el millón de millones USD. La tendencia al mayor crecimiento del mismo está en América Latina (alrededor del 15% anual). El crecimiento del SW en particular supera los 200 mil millones USD.
El crecimiento masivo de INTERNET es abrumador: el tráfico se duplica cada 100 días; crece a razón de 150 mil usuarios como promedio diario; y casi 200 mil dispositivos diariamente se suman al acceso; aparecen casi 2 millones de páginas Web por día; la tasa de crecimiento anual de sitios se aproxima al 90%; todo ello acompañado de una increíble velocidad de adopción tecnológica, con lo cual las etapas naturales de su desarrollo se solapan cada vez más. Comienza a extenderse progresivamente el uso de las Redes de Nueva Generación (INTERNET II en los EE.UU. u otros proyectos similares en Europa y Japón; protocolo IPv6, o protocolos propietarios de algunos fabricantes importantes de ruteadores), básicamente en el ámbito Universitario y de Centros de Investigación.
En nuestra área latinoamericana sólo el 3% de las páginas Web (los contenidos) están en idioma español. Es de esperarse una globalización del marketing vía INTERNET, acompañada paradójicamente de una personalización del mismo. En esa misma área se consolidan varios Puntos Neutrales de Acceso a la red (NAP).
Las redes de un solo uso o especializadas por servicios (por ejemplo: voz) dan paso a redes multiservicios (datos, voz, video). Todo ello impone requerimientos cada vez mayores al ancho de banda. Se consolida la fibra óptica como soporte de alta velocidad en los backbone y el ADSL avanza como solución de última milla allí donde abunda el cobre hasta el abonado.
Todo ello impone un nuevo modelo de negocios en las telecomunicaciones, con el consiguiente cambio en la economía de las mismas: tiende a desaparecer el concepto de la larga distancia y se transita de la conmutación de circuitos hacia la conmutación de paquetes.
LA ORGANIZACION DEL FUTURO O EL FUTURO DE NUESTRAS ORGANIZACIONES
Todo intento de pronosticar el futuro conlleva en su seno la certeza de su fracaso. Lo máximo a lo que podemos aspirar los seres humanos es a imaginar un futuro deseado y tratar de incorporarlo a nuestro presente, a nuestra percepción y conocimiento de lo que ocurre aquí y ahora.
En efecto, nuestro mundo es un mundo de organizaciones, en las que desarrollamos todas nuestras actividades, en las que vivimos. Nada de extraño tiene, pues, que la forma en que las concibamos y, en consecuencia, la manera en la que actuemos en y sobre ellas, determine en buena medida cómo seremos en nuestra individualidad y en nuestra sociedad y cómo activaremos los bucles complejos de su transformación.
INTERPRETANDO
La organización maquinal contiene, por su propia esencia, una asunción rara vez explicitada, pero de enorme importancia conceptual: El conjunto engulle a sus partes y, por tanto, es muy superior a ellas (las partes son sólo mecanismos para que funcione el conjunto). Por ello, queda establecido que un fin superior nos conduce en nuestro camino. Esto se traduce en expresiones como “el bien de la empresa es superior al bien individual”, “lo que es bueno para la organización es bueno para todos”, y otras similares. Es decir, la organización, sea una empresa, un partido político, una iglesia, una nación... se presenta y conceptualiza como superior a sus componentes, de manera que la mejor aportación que estos pueden hacer es contribuir ordenadamente a sus designios declarados.
EL MENSAJE DEL CONOCIMIENTO.
En la lógica newtoniana la idea de progreso es determinista; es decir, sometidas a leyes naturales predeterminadas, las cosas avanzan inexorablemente hacia un fin dado, de manera que, incluso, los términos progresista y conservador hacen referencia a quién está a favor o en contra de esa dirección externamente definida de los acontecimientos.
Nada, pues, de extraño tiene el que la explosión de las tecnologías de la información y la comunicación, como potenciales de expansión y aplicación del conocimiento a escalas desconocidas hasta ahora, haya sido saludada como el alba de una nueva era que, por arte de magia (o por la lógica ineludible de los fenómenos naturales), resolverá muchas de las brutales contradicciones que nuestras sociedades presentan y progresará hacia un mundo mejor...
Curiosamente, los firmes adalides de esta ingenua –cuando no interesada- presunción son aquellos que, de una u otra forma, dirigen hoy nuestras sociedades y organizaciones, mientras sus más fervientes opositores se reclutan entre los dirigidos, los subordinados en los diferentes niveles de poder existentes (véase como muestra parte de los llamados movimientos antiglobalización). Creo que, para unos y para otros, el problema radica en que no estamos entendiendo el mensaje del conocimiento, o, peor todavía, lo hacemos en las claves de la sociedad mecanismo.
El conocimiento no es nada nuevo, desde luego; toda la historia de la humanidad, al menos y hasta donde sabemos hoy, es la historia del conocimiento en acción, de su desarrollo y acumulación. Lo nuevo, hoy, es la expansión de la formación y el potencial
LA ORGANIZACIÓN DEL FUTURO
Que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación presentan para su despliegue y recreación en tiempos y espacios muy cortos (no olvidemos, de todos modos, que fuera de esta corriente se encuentran áreas enteras del planeta, y bolsas muy significativas en los países llamados desarrollados). Con todas las salvedades que s quieran, podemos decir que el fenómeno emergente no es tanto el conocimiento como su democratización potencial. Sí quisiera hacer algunas precisiones sobre cómo voy a utilizar el concepto conocimiento, a fin de distinguirlo de otras aproximaciones generalmente mucho más extendidas:
. En primer lugar, entiendo el conocimiento –o, más precisamente, los conocimientos- como un flujo constante y en constante regeneración y transformación basados en las conexiones continuas que se establecen entre el individuo y sus contextos sociales. En este último sentido, el conocimiento es una combinación indisoluble entre el pensamiento, la emoción y la acción.
Lo distingo, así, del conocimiento como una cosa, algo que existe en una cabeza, en una organización o en una sociedad. Y, por supuesto, de la información: Un libro, una base de datos, un documento, constituyen información disponible, de mayor o menor calidad, que sólo adquiere sentido cuando alguien –una persona- lo utiliza y le dota de significado, de su significado. En ausencia de este sencillo acto, no son nada más que bultos o espacio ocupado en el ordenador. Y nótese que la interpretación de, digamos, un libro será muy diferente según quién y para qué lo lea, como todo autor sabe.
Desde este enfoque, el conocimiento tiene un carácter exclusivamente personal; es decir, sólo la persona, a través, claro, de sus interacciones sociales, tiene, recrea y genera conocimiento. No existe conocimiento fuera de la persona, todo lo que puede existir sin su concurso es información almacenada.
En consecuencia, el conocimiento se mueve esencialmente en la conversación y en la acción (que, al fin y al cabo, para los humanos, es una forma de conversación). Por tanto, presenta otro rasgo de importancia crucial: Siempre se genera a escala local, en el ámbito en el que las conversaciones pueden darse como tales. Y esto vale tanto para el despacho del Presidente del Gobierno como para la taberna del puerto.
El conocimiento es, potencialmente, poder, ya que es la forma en que influimos y transformamos la realidad; y esto tiene que ver, de nuevo, con el ejercicio de la palabra y de la acción (como expresión) y con el alcance que estas puedan alcanzar. [Recordemos que en el principio del libro del Génesis
Dios manifiesta su poder diciendo: “3. Y dijo Dios: Sea la luz y fue la luz”.]
Así, de lo que podemos decir y no decir, de lo que podemos hacer y no hacer, depende nuestra capacidad de influencia, de transformación y, por tanto, de generación de conocimiento en nuestros contextos.
Lógicamente, a cuanta más información podemos acceder y cuanto más conocimiento desplegamos, más conscientes nos hacemos de nuestra capacidad de influir, de modificar la realidad y, en este sentido, devenimos más libres y menos manipulables.
Pero los flujos de conocimientos presentan otra característica muy resaltable: sus resultados (que, entre otras cosas, se modifican continuamente) no son predecibles.
LA ESTELA DEL CONOCIMIENTO.
El parto de la sociedad del conocimiento desde el vientre de la sociedad industrial contiene un alto potencial autodestructivo al tiempo que un gigantesco potencial auto generativo; entre ambas pulsiones –y ambas van a estar entrelazada mente presentemos vamos a jugar nuestro futuro como sociedades y como humanidad
Calidad Total y la Gestión del Conocimiento.
.La Calidad Total constituye una curiosa miscelánea de buenas prácticas (como el liderazgo, la gestión de procesos, planificación, objetivos, indicadores, procedimientos, etc.) del pasado, con el añadido de que intenta conseguir que los trabajadores se sientan “satisfechos” y cooperen activamente (“participen”) al funcionamiento del mecano (como próximamente demostraremos mi equipo y yo, esto no se produce, en marco del sistema, nunca). Su pretensión básica es refinar la empresa maquinal con un mayor grado de normalización y control, aumentando su eficiencia, al tiempo que introduce una llamada al paternalismo en el trato de los trabajadores. La gran paradoja es que los avances que este modelo (denominado por sus adláteres de la excelencia, ni más ni menos) promueven que, en las empresas que lo practican en serio (conozco algunas, las más destacadas, que lo utilizan únicamente como una forma de marketing), profundicen en la eficiencia del modelo tradicional, cegando así la mirada y las vías hacia los rasgos –y conceptos- substanciales de los fenómenos emergentes. Dicho de otra forma, constituye el canto del cisne del paradigma industrial...